Por DR. LUIS ALFREDO SIXTOS MELITÓN
Correr 42,195 km es uno de los desafíos que en la actualidad forma parte importante en el movimiento deportivo de la sociedad por lo que entrenar para tan alta exigencia es importante. Estar debidamente preparado evitará complicaciones o patologías durante entrenamiento y el desarrollo de la competencia.
El famoso “hitting the Wall” (chocarse contra el muro) describe la fatiga que se puede producir durante las últimas etapas de una maratón, por lo que la carga con carbohidratos o la sobrecompensación de reservas de glucógeno es fundamental en la parte de la preparación deportiva para soportar ejercicios prolongados.
Existen varios protocolos para mantener una reserva de glucógeno óptima para la competencia, incluidos los protocolos de vaciamiento de glucógeno (Sherman W.M., Costill D.L., Fink W.J., et al.1981), sin embargo en algunos estudios se ha demostrado que esto puede favorecer a la fatiga prematura, por lo que este protocolo ha sido modificado al punto de que las investigaciones médico deportivas plantean protocolos modificados que sugieren la ingesta de 10 g/kg/masa corporal por día de carbohidratos durante un día a 72 hrs previas a la maratón sin llegar al agotamiento total de las reservas de carbohidratos y acompañados de descanso deportivo, logrando con esto un mantenimiento de la concentración de glucógeno hasta 3 días posteriores de la ingesta y favoreciendo la supercompensación. (Burke L. 2007).
La preparación energética es importante para el rendimiento, así como la adecuada hidratación, el ejercicio en condiciones de calor sin hidratación (35ºC), llegaba a suponer reducciones en el gasto cardíaco de hasta 3-4 litros/minuto (10-14%) y reducciones en la presión arterial de casi el 7%, así como un aumento de la resistencia vascular periférica del 9%. Una reducción de ese calibre en el gasto cardíaco tiene que ir forzosamente acompañada de una reducción en el flujo sanguíneo a los tejidos, y de hecho está demostrado que la piel reduce su flujo (lo que conlleva una menor pérdida de calor central a través de la piel y por consiguiente empieza a subir la temperatura). Además, algunos estudios demuestran que en condiciones de déficit hídrico se incrementa la utilización de glucógeno y aumenta significativamente la concentración de lactato sanguíneo en comparación con condiciones de euhidratación, lo que en resumen implica que las reservas de las que disponemos se desabastecerían mucho antes (Foad AJ, Beedie CJ & Coleman DA, 2008).
El American College of Sports Medicine, aconseja que el deportista que consuma alrededor de 500 ml de fluido durante las dos horas previas al ejercicio. Se propone una bebida equilibrada, agradable, que no retrase el vaciamiento gástrico (sin proteínas o grasas mejor), con una osmolaridad que no altere la del plasma sanguíneo (que es de 280-300mOsm/kg, es decir, bebida ISOTÓNICA), y una concentración de 6-8% de carbohidratos. La adición de 10-20 mmol/l de Na+ y de 5-10 mmol/ de K+ también parece recomendable.
Es una costumbre relativamente común entre los deportistas de resistencia el consumo de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) antes de las competiciones con el fin de incrementar su rendimiento.
Por ejemplo, en un estudio realizado con atletas que habían competido en la prueba de ultra-trail de 160 kilómetros “The Western States Endurance Run”, en EEUU, se descubrió que muchos de estos corredores habían consumido ibuprofeno el día antes de la carrera (600 mg) y durante ésta (1200 mg), con la intención, de prevenir dolores musculares durante el recorrido, para lograr un mejor resultado. Otros trabajos señalan que en el Triathlon Ironman de Brasil (2008) hasta un 60% de los participantes reconocieron consumir ibuprofeno, o un fármaco similar, inmediatamente antes de la prueba y durante la misma.
La acción antiinflamatoria de estos compuestos es debida a su naturaleza inhibitoria de la enzima ciclooxigenasa (compiten con el ácido araquidónico por el sitio de unión) y de ahí también su efecto analgésico, ya que actúan bloqueando la síntesis de prostaglandinas. Los AINES disponibles en el mercado, inhiben la actividad tanto de la ciclooxigenasa-1 (COX-1) como a la ciclooxigenasa-2 (COX-2) y por lo tato la síntesis de prostaglandinas y tromboxanos. La inhibición de la COX-2 conllevaría a la acción antiinflamatoria, analgésica y antipirética de los AINES, mientras que aquellos que también inhiben la COX-1 tendrían la capacidad de causar hemorragias digestivas y úlceras (Ejemplo: el ácido acetil-salicílico)
La importancia de mantener un seguimiento medico deportivo, reduce las incidencias de descompensaciones durante la realización de actividades físicas de alta demanda, por lo que realizar valoraciónes biomédicas con las recomendaciones de profesionistas en Nutrición, Cardiología, Ortopedia y Medicina del Deporte se vuelve fundamental para alcanzar de manera saludable tus objetivos y disfrutar de tus logros con calidad de vida.
DR. LUIS ALFREDO SIXTOS MELITÓN
REFERENCIAS
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