La lesión del ligamento colateral medial (LCM) de la rodilla es una de las lesiones más comunes, y se trata de una alteración de la estructura encargada de mantener la estabilidad medial de esta articulación, es decir, evitar el movimiento lateral hacia adentro de la rodilla.
El origen de esta lesión en general es traumática, por una fuerza externa que origina un mecanismo de desviación hacia adentro de la rodilla (Valgo) o también con una fuerza en sentido contrario en la parte distal de la pierna, que genere el mismo mecanismo de desviación, como por ejemplo un tapón en el futbol.
La lesión del LCM puede ser aislado o presentarse en combinación de otras lesiones sobre todo cuando el mecanismo de lesión es directo o sin contacto con la rodilla, especialmente cuando hay un mecanismo de rotación. Generalmente la estructura afectada en este caso son los ligamentos cruzados.
Por lo anterior el paciente o deportista debe ser revisado por un médico experimentado que pueda a través de un correcto interrogatorio, del conocimiento del mecanismo de la lesión y de una adecuada exploración física, determinar el grado de lesión en la que se encuentra.
La historia de la lesión puede incluir trauma en valgo con o sin contacto, o incluyendo las que además presente un mecanismo de rotación. Una lesión de LCM mayor puede ser causada por un golpe por abajo o por arriba de la rodilla como en el futbol soccer y fútbol americano.
En el momento de la lesión se puede experimentar la sensación de un chasquido, el dolor se produce en el momento de la lesión. La ausencia de dolor intenso, no excluye una lesión grave; lesiones menores pueden ser más dolorosas que la lesión más severa. La capacidad de caminar puede verse afectada después de una lesión de LCM, en ocasiones si la lesión es más grave se deberá utilizar muletas.
Generalmente la lesión no presenta inflamación de la región, si hay una inflamación importante es indicativo de que la lesión puede ser más grave, es decir que sea un grado III o que estén otras estructuras de la articulación de la rodilla involucradas.
A la exploración física se puede encontrar una sensibilidad aumentada (dolor) sobre el sitio de la lesión, siendo el sitio más común a nivel del cóndilo femoral. El médico del deporte o traumatólogo deberá determinar la inestabilidad que pueda tener la rodilla mediante pruebas específicas que permitirá conocer la magnitud de la lesión del ligamento medial.
La Lesión del LCM se clasifica en tres grados:
– Grado I. significa que el deportista presenta micro desgarros en el ligamento, doloroso a la palpación y una ligera laxitud que permite una separación articular en valgo (desviación medial) de aproximadamente hasta 5 mm.
– Grado II. significa una lesión con ruptura de mayor numero de fibras, lo que origina que el ligamento sea más laxo y permite una separación articular en valgo de aproximadamente hasta 10 mm.
– Grado III. Significa que el ligamento se ha roto totalmente, lo que permite una separación de más de 10 mm en valgo de la rodilla.
Se deberán realizar otras maniobras exploratorias en caso de sospecha de la existencia de otras lesiones como lesión de ligamento cruzado o meniscos.
Apoyos con estudios de gabinete como Rx, Ultrasonido y a veces Resonancia Magnética son de gran apoyo diagnostico
Siempre el correcto diagnostico permitirá un exitoso tratamiento, enfocado a la reintegración del deportista
El tratamiento de las lesiones de LCM aisladas no es quirúrgico y consiste en un programa de fisioterapia y rehabilitación intenso y bien dirigido. Se utilizan programas de rehabilitación funcional, protección articulada y actividades que soporte el peso total del cuerpo y evitar la hipotrofia muscular y con ello la pérdida de fuerza. Si a la semana ha disminuido el dolor, no hay inflamación, puede extender bien la rodilla y camina con apoyo total, es un buen dato de evolución, seguramente el deportista podrá regresar a sus actividades deportivas en 3 a 8 semanas, bajo un programa de fortalecimiento.
En el caso de lesiones que involucran otras estructuras como lesión de Ligamento Cruzado, el tratamiento deberá ser quirúrgico y seguir un programa de rehabilitación de acuerdo a la cirugía realizada.
Dr. Ricardo Solís Aceves.
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