CONTAMINACIÓN Y EJERCICIO

La contaminación del aire representa un importante riesgo medioambiental para la salud, bien sea en los países desarrollados o en los países en desarrollo.

Según las últimas estimaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre la carga mundial de morbilidad, la contaminación del aire exterior e interior provoca unos siete millones de defunciones prematuras. Esto representa actualmente uno de los mayores riesgos sanitarios mundiales, comparable a los riesgos relacionados con el tabaco, y superado únicamente por los riesgos sanitarios relacionados con la hipertensión y la nutrición.
Se entiende por contaminación atmosférica la presencia en el aire de materias o formas de energía que impliquen riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza. Millones de personas viven en zonas donde el aire no sólo transporta el oxígeno que necesitamos para vivir, sino que además de este y de los otros componentes ya conocidos, el aire contiene contaminantes que pueden llegar a niveles en los que sean nocivos para la salud. El ozono, dióxido de azufre o de nitrógeno, el monóxido de carbono y otras sustancias pueden ser las causantes de numerosos problemas.

El ejercicio físico nos hace especialmente vulnerables.
Cuando realizamos actividad física aumenta considerablemente la ventilación y a medida que penetra en nuestros pulmones más cantidad de aire, mayor es el efecto que pueden ocasionar esas sustancias sobre nuestra salud. También se ha probado que el efecto defensivo del mecanismo mucocilar nasal se ve limitado tras el ejercicio de alta intensidad y de larga duración.

La relación entre ejercicio físico y contaminación atmosférica debe interesar de una manera muy especial a personas y deportistas como: corredores, ciclistas, trabajadores que se encuentran a la intemperie, y a cualquier persona que realice actividad física al aire libre. Por supuesto es información de debe importar también a pares de familia, maestros y entrenadores.
Además algunas personas resultan particularmente vulnerables a la contaminación atmosférica y obviamente más cuando realizan ejercicio físico intenso como son: Los niños, asmáticos, enfermos pulmonares, enfermos cardiovasculares y ancianos.

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Los pulmones son uno de los puntos de contacto con el medio ambiente más importantes, ya que respiramos entre 6 y 10 litros de aire por minuto, es decir unos 12000 litros diarios en reposo. Durante el ejercicio físico la ventilación pulmonar aumenta en relación lineal a la carga de trabajo impuesta, llegando a valores de más de 100 litros por minuto en personas no entrenadas y a más de 200 en deportistas de muy alto nivel.
Por estas razones, cuando se realiza ejercicio físico en ambientes contaminados, incrementamos también el contacto con estas sustancias, aumentando el riesgo de sufrir trastornos en nuestra salud. Este efecto se conoce bien desde hace mucho tiempo y puede producir disminución en la capacidad ventilatoria, dolor torácico, tos, estornudos, etc.
También se han descrito alteraciones cardiovasculares significativas. Los contaminantes pueden, además, agravar cuadros asmáticos, algunas enfermedades cardiovasculares, debilitar las defensas pulmonares u ocasionar algunos trastornos respiratorios.

Recomendaciones

1. Entrenar temprano por la mañana o a última hora por la noche.
2. Favorecerse por áreas arboladas o hacer ejercicio bajo techo.
3. Evite calles congestionadas.
4. Evite las horas pico.
5. Concientizar a deportistas de los problemas derivados de la contaminación atmosférica.
6. Vigilar la calidad de aire que se respira (reportes publicados por la Secretaria del Medio Ambiente).

Referencias
•Chicharro. Fisiología del ejercicio. Ed Panamericana. 3ª edición. Cap 40.
•Laumbach. Respiratory health effects of air pollution: update on biomass smoke and traffic pollution. J Allergy Clin Immunol 129(1):3-11.
•Cakmak. The influence of air pollution on cardiovascular and pulmonary function and exercise capacity: Canadian Health Mesaures Survey. Enviromental Research 111 (2011) 1309-1312.
•Simkhovich. Air pollution and Cardiovascular Injury. J Am Coll Cardiol 2008;52:719-26.
•Wong. Does regular exercise protect against air pollution-associated mortality? Preventive medicine 44 (2007) 386-392.
•Billionnet. Estimating the health effects of exposure to multi-pollutant mixture. Ann Epidemiol 2012;22:126-141.