La rotura del tendón rotuliano es una lesión grave que afecta la movilidad de la rodilla, ya que el tendón conecta la rótula con la tibia, donde se lleva a cabo una acción mecánica importante a través de una palanca (tercer genero) que potencializa y hace efectiva la extensión de la rodilla a través de acciones concéntricas que se utilizan en diferentes acciones como saltar, patear , subir escaleras y soporta gran tensión de tipo excéntrica, como sucede en el aterrizaje en la caída en un salto, sentadillas y desplantes. Estas situaciones mencionadas son parte integral en diferentes actividades deportivas como en Básquet bol, Vóleibol, Tenis, Squash, Futbol y muchas otras.
Una lesión del tendón rotuliano limita al individuo para el desarrollo deportivo y mas aun si este sufre una ruptura total dejándolo fuera por un periodo largo de tiempo.
Hay que considerar que condiciones preexistentes como tendinopatía grado I o II, o el uso de corticosteroides por periodos largos pueden debilitar el tendón, aumentando la probabilidad de una rotura total del tendón rotuliano, pero también pudiera producirse por un esfuerzo extremo o un trauma directo.
Prevención
Para prevenir esta lesión, es fundamental mantener un buen equilibrio muscular entre el cuádriceps y los isquiotibiales, ya que estos músculos ayudan a estabilizar la rodilla. Los ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad deben ser parte de una rutina regular, especialmente en deportistas. El uso de técnicas adecuadas para saltar, aterrizar y correr también disminuye el riesgo. Además, el calentamiento adecuado y los estiramientos antes de la actividad física son clave para prevenir el desgaste y las lesiones.
Tratamiento
En casos de lesión parcial, dependiendo de la magnitud, puede ser posible un tratamiento no quirúrgico, que incluye inmovilización parcial, fisioterapia, reducación funcional. Hay que valorar el uso de antiinflamatorios para reducir el dolor y la inflamación.
El tratamiento ante una rotura completa del tendón rotuliano generalmente requiere cirugía realizada por un médico Ortopedista y Traumatólogo para restaurar la función de la rodilla. El procedimiento consiste en re-anclar (suturar) el tendón roto a la rótula, seguido de un período de inmovilización para permitir la cicatrización. Después de la cirugía, se debe realizar un programa de rehabilitación para recuperar la fuerza y el rango de movimiento de la rodilla.
Recuperación
El tiempo de recuperación varía, pero en general, se espera que los pacientes puedan retomar sus actividades normales entre 6 a 12 meses después de la cirugía, que dependerá de un buen programa de rehabilitación enfocado a recuperar la movilidad y fortalecer los músculos del miembro inferior, después del periodo de inmovilización postquirúrgica.
La constancia en la fisioterapia y el cumplimiento de las indicaciones médicas son clave para una recuperación exitosa y para evitar complicaciones o lesiones recurrentes.
D&M Clinic “Regresa Más Fuerte”.