La rehabilitación en pacientes con prótesis de rodilla es crucial para asegurar una recuperación óptima y restaurar la funcionalidad de la articulación.

Tras la cirugía de reemplazo de rodilla, los pacientes a menudo enfrentan desafíos como dolor, rigidez y debilidad muscular, que pueden afectar su calidad de vida. Una rehabilitación adecuada, que incluya ejercicios específicos, juega un papel fundamental en superar estos obstáculos.
 

El ejercicio ayuda a reducir el dolor y la inflamación postoperatoria.

A través de movimientos controlados y estructurados, se estimula la circulación sanguínea, lo que promueve la curación y disminuye la hinchazón. Además, la movilización temprana es esencial para evitar la rigidez articular, un problema común en pacientes postquirúrgicos. La realización de ejercicios de rango de movimiento permite mantener la flexibilidad de la rodilla, facilitando así actividades diarias, como caminar o subir escaleras.
Asimismo, el fortalecimiento de los músculos que rodean la rodilla es vital.
Los ejercicios de rehabilitación ayudan a restaurar la fuerza en los cuádriceps y los isquiotibiales, lo que proporciona estabilidad a la articulación y reduce el riesgo de caídas. Una musculatura fuerte es fundamental para soportar el peso del cuerpo y realizar actividades sin dolor.

Por otro lado, la rehabilitación no solo se centra en aspectos físicos, sino que también impacta positivamente en la salud mental y emocional del paciente. Participar activamente en un programa de ejercicios puede mejorar la confianza y motivación, lo que contribuye a una recuperación más exitosa.

Una adecuada rehabilitación permite a los pacientes retomar sus actividades cotidianas y disfrutar de una mejor calidad de vida.

D&M Clinic “Regresa Más Fuerte”.