Importancia del Ejercicio Físico en Niños y Adolescentes

La situación de pandemia nos pide cumplir con condiciones de confinamiento y la multiplicación de la tecnología ha generado día a día un mayor índice de sedentarismo en niños y adolescentes.
Sin intención se ha creado un terreno propicio para algunas patologías tales como la Obesidad la cual a su vez origina otras enfermedades crónico degenerativas como son la Diabetes tipo II, Hipertensión arterial, Hipercolesterolemia, entre otras que ponen al individuo en un alto riesgo, por lo que es muy importante disminuir ese estado de sedentarismo y la mejor forma de hacerlo es a través del Ejercicio Físico

Es esencial alentar estilos de vida saludables en niños y adolescentes para cuando sean mayores, ya que se ha demostrado que cuando se aprende y se llevan a cabo actividades físicas en la etapa infantil, es probable que en las etapas adultas se tenga el hábito del ejercicio como actividad para mejorar la de calidad vida y de salud.

Una manera de lograr un estilo de vida saludable es fomentar el ejercicio físico controlado en la niñez, que integre a la familia en ello y permita generar vínculos de amistad con compañeros.

Se ha demostrado que los niños y adolescentes requieren realizar ejercicio físico con intensidad de moderada a alta por lo menos durante 60 minutos tres días a la semana o la mayor cantidad de días que sean posibles, con la finalidad de mantener un buen estado de salud, mejor crecimiento y desarrollo.

Pero, ¿cuál ejercicio es el ideal para mi hijo?

Se ha demostrado que los ejercicios basados en su capacidad aeróbica permiten tener la mayor cantidad de beneficios y bien combinados, mejorarán la Resistencia, Fuerza muscular y la Flexibilidad.
De principio estos deben ser controlados y sin sobrecargas a nivel osteomuscular para evitar problemas en su crecimiento y desarrollo.

Algunos autores (Sport Dzieci Mlodziezy vADEMECUM treneRa, varios autores, Biblioteca Trenera (RCMSKFS), Varsovia.) indican las actividades físicas más optimas de acuerdo a los rangos de edades y las cualidades motrices en diferentes etapas de crecimiento:

De 3 y hasta los 8 años: Ejercicios de resistencia combinando ejercicios de estímulo neuromuscular para mejorar la coordinación y equilibrio en los que se pueden incluir caminar o marcha, saltos controlados, trepar y sentido de ritmo como bailar.

De 8 a 10 años se incrementan ejercicios de velocidad, flexibilidad, ejercicios de resistencia aeróbica coordinación.

De 10 a 12 años se mantiene la resistencia aeróbica, y se incrementa velocidad aciclica, velocidad cíclica, velocidad de reacción, movilidad articular y flexibilidad. Además, incrementar el sentido del ritmo y coordinación (Baile).
Nota. – en este periodo que fluctúa de los 8 y hasta los 12 años, es muy bueno para aprender la técnica de los distintos deportes.

De 12 a 14 años, etapa que es determinante en la diferenciación entre el niño y la niña la actividad física aconsejable ya toma un interés mayor en la intensidad en general, teniendo un entrenamiento creciente en:
Niñas, de fuerza y velocidad, de resistencia de fuerza, resistencia aeróbica, iniciar con ejercicio para resistencia anaeróbica, Velocidad de reacción, velocidad máxima y mantenimiento e incremento de la flexibilidad y coordinación.
Niños: Fuerza y velocidad, resistencia aeróbica, velocidad de reacción, velocidad máxima y mantenimiento e incremento de flexibilidad y coordinación
En este periodo hay que aumentar el entrenamiento de la técnica de cada movimiento deportivo y comenzar algún tipo de competición que mantenga la motivación a través del juego.

De los 14 a 16 Se debe incrementar paulatinamente todas las cualidades motrices en forma creciente durante 5 semanas y después mantener el nivel para su desarrollo de actividades escogidas y mantener el nivel de salud físico y en su caso deportivo.
Se debe comenzar el entrenamiento más especializado, aumentando los volúmenes de carga y entrenamiento en general.

De los 16 a 18 años es entonces cuando la madurez permite incrementar el nivel de las cargas de ejercicio durante actividades para incremento de desarrollo de fuerza y otras cualidades aeróbicas, anaeróbicas y mixtas pudiendo enfocar su formación para llegar a un entrenamiento de alto nivel.

Los beneficios de que un niño y adolecente realice ejercicio físico o se integre a grupos de actividades físicas lúdicas son:

– Incrementa el gasto de energía diario y esto permite mantener un peso adecuado, prevenir la obesidad infantil.

– Prevenir o disminuir la posibilidad de ser hipertensos en el futuro, así como la Diabetes Mellitus Tipo II, en el caso de ser diabéticos disminuir la necesidad de insulina. Así también disminuir las cifras de colesterol en general y triglicéridos incrementando el colesterol HDL (benéfico para la salud).

– También se ha demostrado que el ejercicio controlado de moderado a intenso, mejora el sistema inmunológico.

– Mejora su aspecto físico, la fuerza, agilidad, resistencia en general, la velocidad en sus reflejos, la coordinación motora y neuromuscular, entre otras mejoras de sus cualidades motrices.

– Otros aspectos son la reducción de la ansiedad, depresión e incrementa la auto estima, además de favorecer a la disminución del hábito tabáquico.

– Enseña a seguir reglas, valorar el compañerismo, el trabajo en equipo, la integración y asumir responsabilidades.

– Algo muy importante es que se observa en el niño y adolecente una mejora en el rendimiento académico.

Entendiendo la importancia y beneficios que tiene el ejercicio físico en la niñez y adolescencia, se debe también tomar en cuenta algunas consideraciones que aseguren que se cumplan con los objetivos deseados y evitar deterioro en el crecimiento y/o desarrollo, de tal manera que es aconsejable los siguiente:
Evaluar el estado de salud inicial, así como su postura corporal para detectar cualquier alteración que debiera tomarse en cuenta para corregir y no forzar al niño o adolecente.
Deberá aplicarse el esfuerzo físico (intensidad) de acuerdo a la etapa de crecimiento y desarrollo en que se encuentre el niño o adolecente).

En caso de participar en actividades o deportes en que implica fuerza excesiva o de contacto, deberá seguir un reglamento de equilibrio entre los competidores, en cuanto a la edad y peso.

Mantenerse siempre bien hidratados.

No es aconsejable realizar carreras de largas distancias, sino, hasta lograr la madurez.

Ante cualquier malestar o dolor, parar y solicitar sean revisados por un profesional de la medicina o médicos del deporte.

Por último, es importante que al momento de decidir una actividad o ejercicio físico para el niño o adolecente se tome en cuenta que sea algo que le guste y no lo sienta como obligado, que sienta que en ello se divierte y juega y si esto lo hace en grupo, generara una adherencia.

El niño no es un adulto chiquito.

Dr. Ricardo Solís Aceves